💡 Tratamientos para combatir la humedad

La humedad es una condición de salud en la construcción y si no se previene o controla adecuadamente, sus resultados pueden afectar seriamente la calidad del edificio. Este es un tema que requiere una consideración constante para evitar consecuencias como el aumento del gasto energético y la conductividad térmica de los materiales, entre otras.

tipos de humedad

Los edificios son sensibles a 5 tipos de humedad, a saber:

  • Los producidos por la lluvia y el viento.
  • Accidental, causado por falta de mantenimiento
  • Los producidos por filtraciones en los cimientos
  • Los producidos por el agua sin evaporación de los procesos de construcción
  • La condensación.

En el caso de la humedad producida por la lluvia, acompañada principalmente por el viento, suele afectar principalmente a las paredes y techos exteriores, es decir, al entorno de la vivienda. Sus consecuencias se pueden evitar si se toman ciertas consideraciones, como diseñar las pendientes adecuadas del techo, sellar los bordes de puertas y ventanas e instalar canalones y canaletas adecuadas.

Si nos referimos a humedades accidentales, provocadas por falta de mantenimiento o por situaciones inesperadas ligadas a fallas en la construcción (fugas de tuberías, por ejemplo), concluiremos que se pueden evitar con especial cuidado en el diseño y la construcción.

Para evitar problemas causados ​​por la humedad del suelo debido a errores de impermeabilización bajo los cimientos y por los muros subterráneos, se recomienda realizar relevamientos preliminares y determinar el nivel freático y luego realizar el drenaje, en caso de ser necesario. Posteriormente, el hormigón utilizado en las cimentaciones debe impermeabilizarse o protegerse con películas impermeables o geotextiles. Es importante aplicar aditivos en la elaboración del hormigón, como el impermeabilizante que incorpora geles que obstruyen los capilares impidiendo el paso del agua, además de reductores de agua como plastificantes, superplastificantes e hiperplastificantes, productos encargados de reducir el agua de amasado. . , reducir la porosidad.

En el caso de la humedad producida por el agua utilizada en los procesos constructivos que aún no se ha evaporado, quedando retenida en el interior de los elementos, podemos prevenir su presencia mediante el correcto uso de los materiales. El secado es fundamental, especialmente en productos que incorporan agua en trabajos pesados.

Por último, si acabamos con la condensación, que se produce cuando la temperatura de algunos elementos (pared, pilar y vidrio, entre otros) es inferior al punto de rocío del ambiente (temperatura máxima a la que se satura de agua), esta humedad puede evitarse, por ejemplo, con la instalación de barreras de vapor compuestas por láminas -generalmente de plástico- que se colocan en la cara interior de los materiales perimetrales.

Tratamientos para combatir la Humedad 1

Los materiales

Comprender el comportamiento de los materiales circundantes frente a la humedad es fundamental para hacer frente a sus consecuencias, ya que conduce a una reducción del aislamiento térmico.

Cuando los poros (que contienen aire) se humedecen, se llenan de agua que, al tener una conductividad hasta 22 veces mayor que la del aire, permite que el material se convierta en conductor de calor, generando ganancias o pérdidas no deseadas. El fenómeno conduce a un mayor consumo de energía para el acondicionamiento térmico.

En el caso de materiales de origen natural que sean impermeables al agua, una manipulación inadecuada puede provocar fugas que hagan que el agua penetre en su interior, generando un aumento de volumen por la solidificación del líquido. Este es un problema grave, ya que la fuerza expansiva de este fenómeno puede desgarrar bloques de piedra, debilitándolos estructuralmente.

Los materiales hidráulicos (hormigón, estuco, yeso) vienen en varias densidades. Si la humedad, por ejemplo, penetra en el hormigón hidráulico a base de cemento, puede causar la corrosión de su refuerzo y, con el tiempo, la pérdida de su resistencia estructural. En el caso del hormigón ligero, al tener más poros y burbujas de aire, pueden absorber más agua y disiparla lentamente.

Los materiales cerámicos (ladrillos, tejas, tejas) son más permeables al agua, debido a su mayor porosidad. Por otro lado, los metales, como el acero estructural, el aluminio y el cobre, son sensibles a la corrosión en periodos de baja temperatura, ya que al formar puentes térmicos sufren condensación en sus superficies. Además, cuando entran en contacto con agua ligeramente salada, forman pares galvánicos, que generan corrientes eléctricas que corroen rápidamente el elemento.

En el caso de vidrios y ventanas, estos son impermeables, aunque la condensación es común en invierno, como en la madera, en cuyo caso el exceso de agua puede causar moho y descomposición.

Otros materiales como paneles, tejas y determinadas pinturas, láminas o fieltros no modifican sus propiedades frente a la humedad, aunque los aislantes térmicos ven alterada su conductividad térmica.

Teniendo en cuenta los efectos de este fenómeno sobre los materiales, es importante tener en cuenta el entorno al que estarán expuestos. Aunque el aislamiento de paredes y techos se suele calcular a partir de un valor máximo del coeficiente de transmisión «U», éste se determina en estado seco, sin tener en cuenta que en la práctica la mayoría de los materiales están expuestos a estados húmedos, lo que puede dar lugar a diferencias en el cálculo del valor determinado.

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el daño

La eflorescencia, perceptible en paredes de ladrillo o de hormigón, es una de las consecuencias de la humedad. Se generan cuando los materiales contienen sales solubles en su interior o cuando pueden absorber agua con sales disueltas. Cuando la humedad llega a la superficie, arrastra la solución salina y gracias a la evaporación del agua, su concentración aumenta hasta saturarse, cristalizando en manchas blanquecinas en la superficie de las paredes. A esto se suma la “podredumbre húmeda”, ligada a la aparición de moho y hongos, que pueden afectar a los principales elementos estructurales (vigas y pilares), provocando su derrumbe. Otros daños están relacionados con deslizamientos y grietas, ya que los elementos infiltrados aparecen en presencia de agua y luego se expanden.

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condensación

Esto ocurre en los elementos que componen la envolvente de una vivienda, produce diferencias de temperatura y humedad que se dan entre los ambientes separados por el cerramiento. Puede ocurrir tanto en la superficie (condensación superficial) como en el interior de un elemento de construcción (condensación intersticial). La mejor solución para este último, complejo porque no es visible a simple vista, es la instalación de barreras de vapor laminadas (polietileno, en general), películas y pinturas impermeables al vapor de agua, instaladas en las paredes del recinto hacia el interior. los recintos

La prevención de la humedad tiene los beneficios de reducir la aparición de mohos y hongos y enfermedades asociadas, así como aumentar la durabilidad de la vivienda y el nivel de confort higrotérmico. Además, genera ahorros en energía de calefacción, ya que las casas húmedas (principalmente por condensación intersticial) representan un mayor gasto por tener materiales que se vuelven más conductores del calor.

Tratamientos para combatir la Humedad 4

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