La transformación del hormigón a la sostenibilidad
En los últimos años, la sociedad se ha vuelto cada vez más preocupada por la contaminación y el cambio climático. Por ello, desde el sector de la construcción, que según estudios genera aproximadamente del 30 al 40% de las emisiones de gases contaminantes durante el proceso de construcción y la vida útil de la infraestructura, se toman medidas para reducir los impactos ambientales.
Un ejemplo de ello es la aparición de distintos tipos de hormigón sostenible que intentan reducir su huella de carbono mediante la optimización de procesos constructivos o el uso de materiales reciclados. A continuación, veremos tres tipos de concreto duradero que se utilizan:
Hormigón reciclado: se diferencia del hormigón convencional en que parte de los áridos que lo componen son residuos reciclados de construcción y demolición. El porcentaje máximo de tales hogares no debe exceder el 20% del total de hogares.
Hormigón biológico: su principal característica es la capacidad de generar organismos vegetales como microalgas, hongos o musgos capaces de absorber CO2 del ambiente.
Hormigón fotocatalítico: mediante la adición de nanomateriales de óxido de titanio, es capaz de producir un efecto descontaminante en la zona donde se ubica. Para ello utiliza la energía del sol y puede volver a su estado inicial a través del contacto con el agua, por lo que este efecto no desaparece.
En el artículo «Hormigón sostenible utilizado en la construcciónEl blog de Strucuralia aborda el uso del hormigón sostenible en el sector de la construcción.
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